Tanto a la hora de definir un trabajo como al diseñar las medidas preventivas para paliar la carga física que puede provocar, no hay que olvidar la existencia de importantes diferencias individuales que hacen variar de manera considerable las capacidades físicas de los distintos individuos: edad, sexo, constitución física, grado de entrenamiento, alimentación… Además de otros aspectos referidos a las condiciones de trabajo (calor, ruido..) que influyen sobre la capacidad física del individuo.
En relación a la fatiga física por consumo energético la prevención debe centrarse en la organización de los tiempos de trabajo, que consiste en prever tiempos de descanso que permitan la recuperación del organismo, tanto reduciendo el tiempo total de trabajo como distribuyendo las pausas de reposo de manera que procuren el descanso necesario para la recuperación del organismo (disminución del consumo energético).
Lehman y Spiter han propuesto la fórmula siguiente para calcular el tiempo de reposo en función del consumo energético:
D=((M/4)-1) x 100
D es la duración del reposo en % de la duración del trabajo
M son las Kcal/minuto consumidas en la realización del trabajo
Además, en el establecimiento de las pausas debe considerarse la naturaleza de cada tarea, ya que en algunos trabajos será necesario implantar numerosas pausas cortas, mientras que en otros se requerirán pocas pausas pero de larga duración.