La Federación de Servicios de UGT (FeS-UGT) denuncia que los trabajadores de empresas como ATENTO, EXTEL, DIGITEX y UNITONO–aproximadamente unos 15.000 trabajadores-están sufriendo una presión tan asfixiante que provoca una bajada en la calidad del servicio de atención a los clientes de móvil, fijo, ADSL y televisión de Telefónica-Movistar.
FeS-UGT, siendo consciente de que la calidad en la atención es lo que genera trabajo en España, está teniendo que poner sobre la mesa a la hora de negociar las condiciones de trabajo algo que, parece más competencia de la empresa que de los representantes de los trabajadores: la calidad en el trabajo y su deterioro si el agente no tiene un tiempo mínimo imprescindible para completar correctamente una llamada. De corregirse esta situación, en opinión de FeS-UGT, se aliviaría muchos de los riesgos psicosociales asociados a los teleoperadores en nuestro país.
Empresas como ATENTO, EXTEL, DIGITEX y UNITONO están sufriendo estas condiciones que están mermando sus respectivas cuentas de resultados hasta límites económicos que bordean su viabilidad empresarial en nuestro país. En el recuerdo de todos está el caso reciente de la multinacional TELETECH, un antiguo proveedor de TELEFÓNICA-MOVISTAR y de VODAFONE, el cual decidió marcharse de España debido a la falta de rentabilidad del negocio.
Los paganos de esta situación, son como siempre, los trabajadores de estas compañías donde los continuos ajustes de plantilla, jornada u horarios son crónicos. Los trabajadores de Atento están hartos de objetivos inalcanzables para ser considerado un buen trabajador en el mejor de los casos o, en el peor, para evitar sanciones y/o despidos.
Los métodos de trabajo, debidos a la presión insoportable, bajarán la calidad del mismo. Usualmente, en los centros de atención al cliente, cuando finaliza una llamada, requieren un trabajo administrativo posterior que realizada de una forma completa ejecuta realmente la petición, venta o reclamación del cliente. Ese tiempo, por imposición de TELEFÓNICA-MOVISTAR se ha eliminado, y cuando termina una llamada, sin pausa alguna, los agentes deben atender otra, lo que eleva considerablemente la posibilidad de error a la hora de “tramitar” o “codificar” la llamada anterior.