Todos trabajamos por dinero, pero en la relación laboral con la empresa existen otros componentes. Son esas “otras cosas” las que hacen más soportable la “explotación retribuida”. Hemos desarrollado nuestra profesión durante tanto tiempo con esas “otras cosas” que parece que emanan del derecho natural, y son consustanciales a nuestra condición de trabajadores.
Pero, ¿qué ocurre con esas “otras cosas”, con esos derechos si nos quedamos sin Convenio?
Estas serían algunas de las consecuencias de no tener Convenio:
- Clasificación Profesional: Quedarían en un limbo las funciones que se tienen asignadas y podrían modificarlas arbitrariamente, con lo que tendríamos que demandar para evitar abusos. Pero el “miedo” se convertiría en el arma organizativa del empresario y la polivalencia se extendería ampliamente, en especial en los entornos no sindicalizados.
- Trabajos de superior e inferior categoría: Sin una clasificación profesional de referencia para valorar las funciones a realizar, se consolidarían la polivalencia y los sistemas individualizados de negociación abusivos (Planes de carrera, retribución por objetivos o variable dependiendo de funciones, etc.).
- Jornada: Volveríamos a la jornada máxima del Estatuto, trabajaríamos más horas, los sábados por la tarde podrían ser hábiles y ya no tendríamos Jornada de Verano.
- Vacaciones: Se pasaría a 30 días naturales.
- Incapacidad Temporal: No existiría la obligación de complementar hasta el 100% y se estaría a la Ley General de la Seguridad Social, que determina cobrar el 0% del 1º al 3º día, el 60 % de la base reguladora del 4º al 20º y el 75% a partir del 21º.
- Dietas, desplazamientos, horas extra: Desaparecerían los importes obligatorios y la empresa podría fijarlos arbitrariamente.
Un futuro sin esas “otras cosas” es lo suficientemente atractivo para los intereses de las empresas, como para que la Patronal trabaje con la hipótesis de convertirlo en realidad.
Ante tal expectativa, todo el Sector está EN EL PUNTO DE MIRA.