¿Qué ocurre si nos quedamos sin Convenio? Esta es la pregunta que ronda nuestras cabezas los últimos meses y que muchos trabajadores se hacen. En un escenario sin Convenio Colectivo, las condiciones económicas de las nuevas contrataciones serían muy distintas de las actuales.
Desaparecen los conceptos de nómina de Convenio (Salario base, Plus Convenio, Antigüedad), las tablas salariales se sustituyen por el Salario Mínimo Interprofesional (SMI, Art. 27 ET) y, además, no existen incrementos salariales obligatorios.
El cambio no afectaría a las contrataciones actuales, que conservarían “ad personam” sus condiciones anteriores.
Esto crearía un sistema dual de remuneración, antiguas y nuevas contrataciones. A día de hoy, un analista no puede tener un salario base inferior a 21.969,50 € anuales y el de un programador junior no puede bajar de 13.827,66 €. Para una nueva contratación, sea cual sea
su función, el límite estaría en 9.034,2 €. Las empresas, sin límites para utilizar los sistemas de retribución individualizados, acentuarían esta práctica de manera generalizada. Salarios más variables y ligados a conceptos no consolidables, y en la contratación utilizarían abusivamente los planes de carrera, los modelos retributivos por objetivos, etc. como único medio de tener ciertas “expectativas económicas”.
En un plato de la balanza, salarios de Convenio. En el otro, Salario Mínimo Interprofesional. Y en medio, una legislación que ampara reducciones salariales y despidos colectivos sin apenas limitaciones.
¿Qué empresa sería capaz de sustraerse a los encantos de la reforma laboral y no la aplicaría?
Ni debemos ni podemos permitir que esto ocurra. Llegado el momento, los trabajadores del Sector tendremos que actuar, defender nuestro estilo de vida y el de nuestras familias, llegando hasta donde tengamos que llegar para frenar el deterioro de nuestro Sector.
Sin Convenio Sectorial, todos estamos EN EL PUNTO DE MIRA.