Últimamente, no paramos de oír hablar de las partidas millonarias que ha dispuesto el Ministerio para las Mutuas de Accidentes de Trabajo, para su utilización exclusiva a la hora de ejecutar despidos. Sobre esta circunstancia, desde FeS-UGT queremos hacer varias apreciaciones.
Es vergonzoso como se está tratando al colectivo de Mutuas, y muy especialmente a sus trabajadores, por parte del Ministerio. No parece lógico pensar que la gestión ha sido mala, ya que cada vez nos transfieren mas parcelas (contingencias comunes, autónomos…), es decir más trabajo. Sin embargo, parece que los trabajadores merecemos ser castigados por algún tipo de pecado original que desconocemos.
Resulta paradójico, que la Administración plantee alegremente que estamos sobrecargados de personal, tras conseguir excedentes por más de 600 millones de euros en 2010… En algo habrán contribuido los trabajadores, esto no es un premio de la lotería, es el resultado del esfuerzo de muchos de nosotros.
Además nos preguntamos ¿sobrecargados con respecto a qué y a quienes? Sin entrar a mayores, los trabajadores de base de las Mutuas, saben muy bien que su carga de trabajo ha crecido, no hay sustituciones, no hay suplencias y se amortizan casi todas las vacantes.
Así pues, los trabajadores de las Mutuas tenemos que soportar que, además de la reducción y congelación salarial a golpe de decretazo, en agravio comparativo con otros colectivos excluidos expresamente del RDL. 8/2010, y con sueldos sensiblemente mayores (ADIF, AENA…), se nos tache poco más o menos de "vagos"… ESTO ES UNA AUTENTICA VERGÜENZA.
En estas partidas presupuestarias observamos una contradicción. El Ministerio recorta y congela salarios, al mismo tiempo que dispone una nutrida partida presupuestaria para que la Empresa despida a sus trabajadores, esto significa más excedentes. Y en el momento en que los autónomos cubran sus contingencias profesionales en las Mutuas, habrá más cuotas, más trabajo y, seguramente, más excedentes. FeS-UGT exhorta a las Mutuas para que no caigan en la tentación de utilizar esa partida presupuestaria, y luche por poderla aplicar a otras partidas con carencias. Aquí no sobra nadie, en todo caso falta.
¿Es que los trabajadores de las Mutuas no merecen un respeto y una compensación por el trabajo bien realizado? ¿Es así cómo se premia el esfuerzo y tesón? Al parecer, para la Sª de Estado de la Seguridad Social sí, porque a alguien de la misma le debe de molestar mucho que la profesionalidad, el esfuerzo y dedicación tengan una compensación económica, ya que esa persona no debe ni saber lo que son…
En la lucha por reducir costes, o quizás deberíamos decir, de generar más excedentes por parte de las Mutuas y de obtener liquidez por parte del Ministerio, comprobamos que la forma de conseguirlo es mediante el despido de trabajadores, parece que no importan los medios, únicamente importa el resultado final. Ningún trabajador se encuentra a salvo de esta arbitraria forma de reducir costes, los noveles por el bajo coste que supone su indemnización y los veteranos, al tener mejores retribuciones, por un mayor ahorro presupuestario.
En este despropósito, nos preguntamos en que lugar quedaría la Responsabilidad Social de las Empresas y el nivel de excelencia perseguido, así como la responsabilidad social del Ministerio, que utiliza medios tan expeditivos como la presunta inducción al despido, eso sí, por causas objetivas con mínimo de indemnización para gastar lo menos posible de la desacertada partida presupuestaria, en lugar de trabajar para crear y afianzar el empleo.
Desde FeS-UGT luchamos sobre todo por la estabilidad en el empleo, sin renunciar a las legítimas reivindicaciones económicas, tal como venimos haciendo, pero repetimos, principalmente por la estabilidad en el empleo, por TODOS Y CADA UNO DE LOS PUESTOS DE TRABAJO.
Es vital en este asunto, la participación de todos los trabajadores, la pasividad en este tema sólo nos llevará a más desánimo y más debilidad, ante quién, de forma fría y esgrimiendo lo que ellos llaman criterios objetivos, practican estas políticas, sin observar el drama humano que llevan implícitas.