Según los datos del International Business Report de la Consultora Grant Thorton, 2011 (12.000 entrevistas a cargos de alta dirección en empresas de todos los sectores económicos y en el caso español entre 100 y 500 empleados) ha sido un mal año para los directivos españoles y 2012 lleva el mismo y negativo camino.
La principal causa de este agobio es la presión por alcanzar los objetivos empresariales y así lo considera un 52% de los encuestados. La presión es algo que se da por descontado en la alta dirección, cargos que por definición son de gran responsabilidad. En el estudio se mide el aumento del estrés porque con la crisis aumenta la discrepancia entre los objetivos a alcanzar y las herramientas y factores externos que influyen en su consecución. Aunque los objetivos puedan reducirse con motivo de la coyuntura económica que atravesamos, si la exigencia era alcanzar un porcentaje de crecimiento, ahora puede convertirse en algo más vital como es mantener un nivel que permita la supervivencia de la empresa y esa percepción incrementa de manera notable el estrés de los máximos responsables.
Le sigue en importancia - aunque lejos de la anterior causa- el conflicto político intraempresa, que genera tensiones diarias a un 15% de los directivos. Son factores que comparten la mayoría de ejecutivos encuestados. La complicada vida política de la empresa y la necesidad de solventar los problemas que generan empleados, colaboradores y superiores hace que la vida sea más complicada para aquellos que están más expuestos a tensiones intraempresa. En este sentido, el estudio demuestra que España no es distinta a otros países y su porcentaje (13%) es solo ligeramente superior a la media mundial (11%).
Los directivos españoles son los segundos más estresados de la zona euro, solo por detrás de Grecia.
Llama la atención que los problemas derivados de las tensiones corporativas dupliquen prácticamente los provenientes de una mala conciliación de la vida laboral y familiar y eso puede significar dos cosas:
- Que las parejas españolas son muy estables.
- Que nos importa menos la vida privada que la laboral.
El estudio muestra que son dos tipos de estrés distinto, pero sin duda los momentos de mayor estrés familiar (divorcio, fallecimiento de un familiar, etc.) influyen en la tensión en el trabajo.
Las actividades de la competencia suelen generar poco agobio a nuestros directivos (solo un 3% las tenía entre sus principales causas de estrés), lo que tiene que ver con que al pasar por una época de dificultades como la actual, los directivos tienden a concentrar sus preocupaciones en su empresa. Esta percepción se refuerza con los datos del estudio de que la mayor preocupación de los directivos sobre la marcha de su empresa es la reducción de la demanda del mercado y no la competencia.
El ranking de los paises cuyos directivos se encuentran más estresados lo encabezan los de paises emergentes como Sudáfrica, Brasil, China, Perú o Tailandia. Las tensiones afectan más a los gestores de tres tipos de países:
- Los que tienen que luchar con la crisis.
- Los que han tenido que hacer frente a desastres naturales (Japón o Tailandia).
- Los que deben mantener las altas expectativas de crecimiento.
Para combatir el estrés, los directivos españoles hacen ejercicio y deporte. Además el ocio en casa y el entretenimiento fuera del hogar son otras vías para bajar el nivel de estrés en un 43 y 42% de los casos respectivamente.
Las vacaciones son la cuarta válvula de escape para el 39%. Los directivos españoles disfrutaron de una media de 20 días que combinan con muchos puentes. No es casual que donde más vacaciones tienen los directivos (Rusia y Dinamarca) es donde menos ha aumentado su estrés.