El trabajo puede suponer un riesgo para el embarazo y la lactancia, independientemente de que el embarazo vaya bien y la mujer esté sana.
Algunas condiciones de trabajo pueden resultar peligrosas para los y las trabajadoras en general, pero por los cambios fisiológicos que ocurren durante este periodo, las mujeres se encuentran en situación de especial sensibilidad a determinadas condiciones y características del puesto. Además estas condiciones pueden poner en peligro la buena marcha del embarazo y la salud del feto o la criatura.
La presente guía contiene una serie de pautas de actuación en este tipo de situaciones.