El pasado día 31 de Julio a las 00.0 h. se produjo el cambio de empresas de seguridad en las líneas de Metro de Madrid. Desde sus comienzos este contrato de seguridad y su concurso ha sido una chapuza.
Lleno de irregularidades, admitiendo a empresas que incumplen el convenio estatal de empresas de seguridad, donde el caso más llamativo es la contratación de la empresa SEGURIDAD INTEGRAL CANARIA, modificando fechas de subrogación de servicios al antojo de no sabemos qué intereses y no informando a los trabajadores afectados.
A las oo.oo h de ese día empezaron los problemas, servicios descubiertos por falta de cuadrantes, vigilantes que carecían de uniformidad, estaciones sin radio transmisor para comunicar con el puesto central de seguridad, etc……. con el consiguiente peligro en la seguridad de los usuarios. Además, cuando se procedía a la entrega de la uniformidad en las instalaciones de Metro de Madrid, en concreto en la estación de Leganés central. Los trabajadores se encerraron, hasta la llegada de la policía, por la falta de uniformidad en la entrega de la misma.
Nada más empezar el contrato, la empresa SEGURIDAD INTEGRAL CANARIA y metro de Madrid pusieron en peligro a los viajeros de este medio de transporte y a sus propios trabajadores, donde estuvieron en algunos momentos sin seguridad. Por si esto fuese poco, este contrato reduce en más de un millón de horas de servicio el propio servicio de seguridad, lo que por mucho que quieran vendernos que ahora la seguridad será por objetivos, la merma de seguridad será evidente. Los vigilantes llevan cumpliendo objetivos desde siempre, realizando su labor en un medio de transporte donde las incidencias son muy altas, en un medio penoso, donde las agresiones son constantes, tanto a vigilantes como a personal de Metro.
De momento estamos avisando de lo que acontece. Esperamos y deseamos que no tengamos que lamentar alguna desgracia, pero que si ocurre, desde la UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES, pondremos de manifiesto que ya lo avisamos a Metro de Madrid con distintos escritos y que no se nos escuchó a la hora de elegir los criterios en la contratación.