La Presidenta de la Comunidad de Madrid, la Sra. Aguirre, ha decidido dimitir, no sin antes dejar anunciada la privatización de Telemadrid, el único medio de comunicación público (radio y televisión) que tenemos los madrileños y madrileñas.
Una decisión prepotente, propia de alguien que se cree dueña de lo público, de lo que es de todos nosotros. Lo demostró hace pocas semanas cuando se dirigió a los periodistas y cámaras de la cadena pública madrileña que se habían desplazado a Valdemaqueda para cubrir la información del incendio de esa parte de la sierra madrileña, y les espetó: "que hacéis vosotros aquí".
Creo, desde la responsabilidad que desempeño, que el Gobierno regional tiene que reconsiderar la privatización, echar marcha atrás y ajustar Telemadrid a los mandatos constitucionales que, en un estado democrático, tiene y debe tener este importante medio de comunicación para los ciudadanos que vivimos en la Comunidad de Madrid.
Unos preceptos que han sido despreciados, abandonados y finalmente olvidados en el período de tiempo en el que Esperanza Aguirre ha sido presidenta de la Región, y que se ha reflejado en la desafección que han mostrado los ciudadanos hacia un medio de comunicación que, se dice, es la suma de todos, pero que, en realidad, ha pasado a ser un instrumento de propaganda al servicio de los intereses del Partido Popular. Por eso no sorprende que la audiencia media de Telemadrid haya pasado del 17,1% en 2003 al 6,2% al finalizar 2011.
Los madrileños y madrileñas tienen derecho a saber que la plantilla de trabajadores de Telemadrid se ha reducido en los últimos años, entre 2007 y 2011 y ha pasado de 1442 trabajadores a 1175, incluidos temporales y fijos. Por el contrario, el número de Directivos ha pasado de 23 en 2003, a 46 a finales de 2011.
En paralelo a la reducción de plantilla, se ha ido contratando a dedo, a familiares y amigos del entorno político del PP. Eso sí, jamás se han dignado acudir a la Facultad de Ciencias de la Información de las universidades públicas madrileñas, donde estudian y cada año se licencian excelentes profesionales.
Estamos a tiempo para que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid explique a la ciudadanía por qué la deuda ha pasado de los 76 millones de euros al cierre del ejercicio de 2002 a los 242 millones de euros de deuda a junio del presente año.
Por lo tanto, los máximos responsables de la delicada situación de RTVM son el propio Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid, y los directivos –gentes de su confianza- que han gestionado Telemadrid de manera dudosa e irresponsable. Ahora pretenden que sean los trabajadores quienes paguen las consecuencias, en forma de despido colectivo mediante un ERE, los abusos y desmanes, consentidos e instados por las altas instancias del Gobierno Regional.
Se ha anunciado la privatización, pero ésta no es una solución, es si acaso, el recurso fácil de unos malos gestores. Desde UGT tenemos alternativas mejores, que salvaguardan lo más importante de RTVM, el capital humano, los puestos de trabajo de los excelentes profesionales, hombres y mujeres, que forman la plantilla de Telemadrid.
Pero además, Madrid, los madrileños, necesitamos un medio de comunicación social, público, que sea garantía de información veraz y democrática, que interese y que se interese por los ciudadanos. Si los ciudadanos y ciudadanas se sienten representados, reflejados en lo que se les oferta en términos de pluralidad y veracidad informativa, Telemadrid será viable.
Por el contrario, con la privatización, los madrileños perderán una importante inversión para ser, casi con total seguridad, “regalada” a grupos de interés cercanos al PP, que se frotan las manos ante las excelentes expectativas de un negocio redondo a costa, una vez más, de los ciudadanos madrileños.
Roberto Tornamira Sánchez
Miembro del Consejo de Administración de RTVM
y Secretario General de FES UGT Madrid