El pasado viernes, 7 de octubre, se reanudaron formalmente las conversaciones del Convenio Colectivo de Cajas de Ahorros.
Se produjo lo que ya sabíamos: las empresas se desdicen de todos los planteamientos que nos habían hecho llegar a una posibilidad de acuerdo en julio pasado y, alegando incertidumbres económicas, apuestan por generar más incertidumbre. Toda una actitud irresponsable.
La patronal ACARL nos provocó con una propuesta de máximos, a estas alturas. Una propuesta para salir del paso los próximos dos años, con congelación salarial absoluta. Congelación que no se aplican ni se aplicarán los jefes de los que allí estaban enfrente de nosotros.
Mientras tanto, vivimos jornadas que sólo pueden generar perplejidad e indignación, entre las plantillas y entre la ciudadanía en general:
- Incumplimientos de acuerdos laborales en los procesos de reestructuración en marcha, con amenazas de nuevas vueltas de tuerca en los mismos.
- Prejubilaciones obscenas de gestores a los que así se les remunera el haber gestionado las cajas hasta su misma desaparición, ya sea por intervención o nacionalización.
- Incrementos retributivos de cúpulas directivas, así como multiplicación de cargos: copresidentes, vicepresidentes ejecutivos, consejeros delegados, adjuntos ejecutivos a presidencia…
- Sobrecostes de órganos de gobierno que mantienen sus reuniones y, algunos, su sobredimensionamiento tras procesos de fusión, y todo ello a pesar de haber sido vaciados de contenido.
- Estructuras directivas que mantienen duplicidades y que aumentan ineficiencias e ineficacias.
Hemos rechazado de plano estas pretensiones, solicitando la retirada de la propuesta. Por lo que la siguiente reunión ha quedado sin fijar.
Las plantillas y las empresas sabemos/saben que es necesario tener Convenio como elemento fundamental para llevar a cabo una reestructuración ordenada del sector, que no ha hecho más que empezar.
Y si las direcciones quieren aprovecharse de la situación, si quieren añadir más tensión a la situación, que midan bien las consecuencias. Los trabajadores y trabajadoras no van a consentir cargar con todas las consecuencias de los excesos y la mala gestión de una buena parte de los directivos. Y el conjunto de la Sociedad mira con lupa.
Se ha abierto un paréntesis en la negociación. Paréntesis en el que todos han de reflexionar.
Por nuestra parte, lo haremos cada organización internamente y en conjunto con todas las plantillas. Y seguro que les vamos a convencer, primero porque han equivocado el camino y después porque vamos a tener Convenio, aunque para ello la Razón tenga que abrirse camino a la Fuerza.